jueves, 9 de febrero de 2023

Amor propio

Si en la última entrada aprovechamos el Día de la Paz para hablar de la importancia de cultivar y cuidar nuestra paz interior, en esta ocasión vamos a aprovechar que se acerca el día de San Valentín para hablar de la importancia del amor propio.

Y es que no es la primera vez que desde este blog hacemos un alegato para derribar todas aquellas ideas nocivas que se generan en torno al concepto del amor. 

Sin embargo, en esta ocasión, vamos a poner el acento en lo necesario que resulta aprender a mirarnos a nosotros mismos con el amor y la comprensión que nos merecemos. 

Porque aprender a amarse es empoderarse, es darse cuenta de que no necesitamos a otra mitad para estar completos, que ya somos seres completos y plenos, y que todo lo demás viene a sumar, no a rellenar huecos en blanco. 

De la misma manera, aprender a amarse también es tener claro qué es lo que no queremos para nuestra vida, es saber establecer límites de manera asertiva y aprender que el amor no va de aguantarlo todo, que tenemos nuestra dignidad y merecemos nuestro respeto.  

Entiendo que, como seres sociales que somos, dependemos del resto de persona para sobrevivir y hacer comunidad, pero incluso en esa dependencia debemos aprender a ejercer nuestra independencia, no como un acto de egoísmo o soberbia, sino como un acto de validación del yo, de tener claro qué quiero para mí, qué es lo que mas me conviene o qué serie de acciones y decisiones va más acorde con mis principios y mi forma de entender la vida. 

Ello implica tener un autoconcepto muy bien definido y una autoestima sana construida desde un modelo de apego seguro

Sin embargo, sabemos que estas condiciones no siempre se dan desde el inicio, que a menudo hay que desmontar falsas creencias, que toca desaprender para volver a aprender.

Por lo tanto, cuanto más tempranas sean las edades en las que trabajemos con nuestro alumnado esta serie de valores y de herramientas, menor será la cantidad de camino que haya que desandar y más fuertes serán los cimientos que les ofrezcamos. 

Porque una vez que me conozco bien, me acepto y me quiero como soy, es cuando realmente dispongo de la madurez necesaria para establecer vínculos sanos con otras personas, siendo capaz de expresar mis emociones, mis expectativas al respecto y mantener una escucha activa y respetuosa hacia mis acompañantes en este viaje.

Mientras tanto, aprendamos a apreciar el valor de disfrutar de tiempo de calidad con nosotros mismos, de salir a dar un paseo solos por la naturaleza porque nos apetece, a no perdernos ese concierto, esa exposición o ese estreno en el cine sólo porque en ese momento no tengamos con quien ir, que la vida sólo es una, y hay que vivirla plenamente, por nosotros y para nosotros. 

Para terminar, os dejo con el último gran éxito de Miley Cyrus, que me parece todo un himno con el que reivindicar todo este tema del que hoy venimos hablando. ¡Disfrútenlo! 

1 comentario: