Un año más, hemos llegado al final del presente curso escolar, aunque en realidad no haya sido realmente un año más. Más bien podríamos decir que se trata del primer año, el primer año de todos los que están aún por llegar, y la verdad es que no podría haber tenido un mejor estreno como maestro en los dos centros educativos en los que he tenido el gusto de desarrollar mis funciones docentes este año: El CEE Miguel de Unamuno, al que en su día ya le dediqué su propia entrada en este blog, y el CEIP Las Cumbres, al cual realicé también una dedicatoria en el propio periódico del colegio, y que procedo a compartir con todos vosotros y vosotras a continuación:
"PRIMER AÑO, SEGUNDA CASA"
"Nunca se sabe lo que es el
destino ni lo que éste nos puede deparar. Nunca se sabe con cada paso que damos
a donde podemos llegar ni lo que nos podemos encontrar. Lo que si se sabe es
que no hay camino establecido, que se hace camino al andar, y que, en mi caso,
ese camino emprendido me ha llevado hasta este centro y hasta esta localidad.
Lo cierto
es que ya contaba con cierta experiencia previa ejerciendo funciones docentes
en diferentes proyectos de formación, pero no ha sido hasta el presente año que
he abordado de lleno la tarea de ser maestro en un centro escolar, desde los
inicios del curso en el Colegio Miguel de Unamuno hasta mi llegada al Colegio
Las Cumbres en enero, donde he procurado desarrollar lo mejor posible mi trabajo
día tras día con esfuerzo, cariño e ilusión hasta el momento actual. De ahí
que, pese a las experiencias anteriormente desarrolladas, defina este año
lectivo como mi primer año real.
Llegados a
este punto, no tengo más que palabras de agradecimiento a todas y cada una de
aquellas personas que han compartido conmigo este primer año de esta nueva
etapa, ya sean compañeros de trabajo, alumnado o familiares de los mismos, pues
me han hecho sentir de lleno como una parte importante y destacable de esta comunidad.
Así pues, gracias por la calidad
humana que habéis mostrado a cada momento, gracias por las buenas vivencias
compartidas y los buenos recuerdos que de ellas que me llevo conmigo, gracias
por hacer de nuestro entorno común de trabajo un espacio ameno y confortable, gracias
por los múltiples aprendizajes que he generado trabajando y compartiendo
espacios y diálogos con todos vosotros, gracias por el enorme cariño demostrado
y por la buen aceptación recibida, gracias por reafirmarme mi pasión por esta
vocación, y gracias por haber formado durante todos estos meses parte del que
ha sido, sin lugar a dudas, mi segundo hogar.
Aquí se cierra este primer tramo
de la etapa. Ahora el camino debe continuar, y sigo sin saber hacia donde
apunta mi horizonte ni hacia donde me llevará. Lo único que sé por ahora es que
me llevo conmigo muy gratos recuerdos de mi experiencia en Las Cumbres, una
experiencia breve pero muy intensa a la vez, donde he tenido el placer de poder
seguir creciendo como persona y como profesional.
No quisiera finalizar esta carta
con un “adiós”, sino con un “hasta pronto”, puesto que espero que podamos
volver a vernos próximamente en un futuro no muy lejano, ya sea dentro de algún
contexto escolar o en cualquier otro espacio donde tengamos el placer de
coincidir y conversar.
Hasta entonces, os deseo un buen
verano y mucha felicidad, que vuestros caminos os guíen siempre por sendas por
las que valga la pena caminar. Un saludo, y gracias por todo una vez más. Formáis
parte de mí. ¡Hasta siempre!"
Lo cierto es que es todo un placer cuando, además de buenos compañeros y compañeras de trabajo, sabes que además has ganado buenas amistades, y que no sólo has conseguido generar en tu alumnado aprendizajes, sino también despertar en ellos tal afecto y admiración que hasta sus propias familias se han hecho eco de ello. Es por eso que digo que, aunque las aulas se han quedado ya vacías, nuestros corazones están bien llenos, y que, esté donde esté, siempre me sentiré parte de esta comunidad.
Ha sido todo un placer sentir que he estado a la altura de las circunstancias y comprobar una vez más el aprecio que siento por esta vocación. Gracias de nuevo por todo lo que os corresponde, tanto a quienes me habéis acogido este año tan positivamente como a todos los que me habéis apoyado más allá del ámbito escolar, pues si ahora mismo soy el que soy y estoy donde estoy es también gracias a vosotros y a vosotras.
Seguiré el camino emprendido, no si antes permitirme un merecido periodo de descanso en mi añorado hogar, recuperando fuerzas y energías para todo lo que está aún por llegar.
¡Hasta Septiembre!