sábado, 28 de diciembre de 2019

Nuevo año, nueva década

Durante estas fechas suele ser normal que, ya sea sólo por pura cortesía protocolaria o bien por una sincera expresión de nuestras buenas intenciones, nos deseemos un feliz año nuevo (yo el primero), y que reflexionemos sobre el año que termina o nos propongamos nuevos objetivos para el año que está a punto de empezar.




Es más, en esta ocasión, debido a que estamos a punto de cambiar de década, esas premisas están tomando un carácter más amplio, y pensamos tanto en los 10 años que se cierran como en los 10 años que vendrán.

A menos que echemos la vista atrás, vemos que la tecnología ha marcado el ritmo de avance de nuestra sociedad, una sociedad que vive profundos y continuos cambios a una velocidad de vértigo, y que de seguro va a mantener esa dinámica en los próximos años.

Sin embargo, la escuela se sigue resistiendo a los cambios de años, década o siglo. En Educación seguimos viendo todavía muchas tendencias propias de otras épocas que persisten y perduran pese a todo. 

Cierto es que se han abierto debates y se han replanteado temas como el de las "nuevas" metodologías o el de la atención a la diversidad, pero, a mi parecer, son debates que ya deberían estar superados.

También es cierto que, sin que esto nos sirva de excusa, la escuela pública de este país se ha visto gravemente perjudicada por los continuos recortes y ataques que se han realizado contra la misma, como también por el reciente crecimiento de algunas ideologías reaccionarias que arremeten contra el legítimo papel de esta institución de educar no sólo en contenidos, sino también en valores, en derechos humanos, en igualdad de oportunidades, en habilidades sociales y en inteligencia emocional.

Por lo tanto, ya no sólo se trata, como decíamos al inicio de este post, de desear un feliz año (o década), sino que deberemos tomar conciencia de la importancia que nuestras acciones tienen en la consecución de ese deseo.

En este sentido, se nos plantean grandes retos para los años venideros, como el ser capaces de consolidar una escuela lo más inclusiva posible, el concienciar y el promover actos para contrarrestar el inminente cambio climático o el seguir dotando a nuestro alumnado tanto de espíritu y de sentido crítico como de las herramientas y estrategias necesarias para saber manejar la gran cantidad ingente de información que se mueve en la actualidad y estar prevenido ante las noticias falsas o los intentos de manipulación con los que se puedan encontrar, más todos los nuevos retos que los nuevos tiempos nos puedan deparar.

Así pues, no nos conformemos con desear que el nuevo año sea bueno: cojamos con ganas este año nuevo y hagámoslo mejor.


¡Feliz 2020!


martes, 3 de diciembre de 2019

Reflexiones sobre el concepto de Discapacidad

Hoy me gustaría aprovechar que es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad para escribir una entrada en este blog acerca de una idea sobre la que casualmente ayer estuvimos dialogando en una reunión de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica de la Comunidad de Madrid.

El tema en cuestión es que, aunque el paradigma educativo vigente destaque la importancia de compensar las condiciones de discapacidad mediante la disposición de todos los recursos personales, materiales y organizativos que se consideren necesarios bajo el principio de equidad, creo que seguimos pecando al poner el foco sobre la condición de la persona y no sobre el contexto.

Al fin y al cabo, son los entornos quienes a menudo tienen el poder de potenciar o de reducir dicha condición de discapacidad, o dicho de otra forma, la discapacidad puede ser una condición relativa, pues la capacidad o no capacidad de realizar una determinada acción va en función del contexto donde se quiere realizar dicha acción, el cómo se espera que se realice esa acción o con que herramientas se cuentan para ello. 

Es decir, no se trata sólo de una cuestión meramente escolar, sino que implica un cambio de concepción social y cultural, entendiendo que estas cuestiones van más allá de colocar una rampa de acceso u alguna otra medida similar, pues, pese a ser un grandísimo avance y cumplir con un noble propósito, a estas alturas de la partida no son suficientes para abarcar la visión holística y profunda que queremos resaltar. 

Porque, tal y como se decía ayer, los entornos deben ser amables en el sentido más amplio de la palabra: deben ser acogedores y respetuosos tanto con las personas que puedan presentar por algún motivo esta condición de discapacidad como con las personas que trabajan con estos colectivos y hacen posible que las primeras desarrollen al máximo sus propias capacidades para ser una persona lo más plena y autónoma posible.

Sabemos de sobra que hay algunos casos de pronunciada discapacidad donde encontraremos mucha más dificultades para abordar este tipo de planteamientos - quienes trabajamos en la Educación Especial lo tenemos muy presente -, pero espero que se entienda el mensaje que mediante esta entrada pretendo transmitir.

Mientras tanto, el hecho de que sigan existiendo entornos o situaciones discapacitantes que con buena voluntad, actitud, esfuerzo y, por supuesto, con los recursos y respaldos necesarios podamos solventar, seguiremos trabajando y poniendo nuestro granito de arena hasta que no haga falta hablar de discapacidad, sino de diversidad, pues en la diversidad cabemos todos. 


sábado, 16 de noviembre de 2019

Apoyos al apoyo

Hace poco menos de un mes en la Comunidad de Madrid saltó la alarma acerca de un brutal recorte que se pretendía (o se pretende) llevar a cabo en cuanto al profesorado especialista en Audición y Lenguaje (AL), privando a gran parte del alumnado con necesidades educativas que existe en nuestras aulas el derecho a recibir atención educativa por parte de este tan valioso recurso personal, con la intención de limitar a un tipo de alumnado muy específico y concreto el recibir apoyos por parte de la persona AL.

Paradójicamente, este tipo de despropósitos chocan de lleno con los argumentos de las personas responsables de ello cuando éstas se escudan en una supuesta mejora de la calidad a la hora de modificar leyes educativas.

Así pues, no podemos dejar de pasar esta ocasión para evidenciar tanto las elevadas ratios a las que profesionales especializados en dar apoyo a la diversidad se tienen que enfrentar, como las carencias que existen a nivel de infraestructuras y recursos personales y materiales para que el trabajo que realizan dichos profesionales sea llevado a cabo de la manera más óptima y adecuada posible.

Porque no se trata sólo de una cuestión de las condiciones en las que muchas veces tenemos que realizar nuestro trabajo o el que sintamos que no damos abasto para atender a todo el grueso del alumnado que nos asignan (a veces incluso entre varios colegios), sino que se trata sobre todo de ofrecer los apoyos necesarios y precisos al alumnado que así lo necesite, y esto se consigue garantizando la existencia de un número suficiente de profesionales especializados (sean docentes o no docentes) en nuestros centros ordinarios, de manera que estos puedan albergar a gran parte del alumnado con necesidades educativas especiales que a menudo acaba en los centros de Educación Especial a causa de esa falta de recursos que den una respuesta más adaptada.

Igualmente, como ya hemos hablado anteriormente en este mismo blog, los centros de Educación Especial son unos grandes desconocidos y a menudo existe la idea de que allí se dispone de toda la cantidad de recursos necesarios para ofrecer la respuesta que desde un centro ordinario se estima que no se puede dar, pero lo que no se sabe es que a veces también nos vemos superados en estos centros por unas ratios cada vez más voluminosas y con un personal no lo suficientemente numeroso para atender a nuestro alumnado todo lo bien que nos gustaría.

Por lo tanto, redacto este alegato para solicitar a las autoridades pertinentes que cumplan con el papel que les corresponde y den más apoyo al personal que realiza los apoyos en la Educación, pues son figuras muy necesarias en la escuela y en su mano está el dar respuesta educativa a un gran número de alumnas y alumnos con diferentes necesidades educativas y diferentes formas de relacionarse y de aprender.

Como maestro de Pedagogía Terapéutica que soy, o PT, como diríamos dentro de nuestro lenguaje laboral, quiero agradecer a PTs, ALs, técnicos, fisioterapeutas, integradores sociales, orientadores, etc. la gran labor que realizan, en las condiciones en las que muchas ocasiones nos toca trabajar, para dar lo mejor de sí mismos y responder lo mejor posible a la diversidad.

Que nadie nos diga que no somos necesarios.

Que nadie infravalore la importancia de nuestra labor.

Que nadie se atreva a recortarnos, porque no sólo está atentando contra nosotras y nosotros, sino que están atentando contra el derecho de toda una sociedad a recibir una educación pública, inclusiva y de calidad.



sábado, 19 de octubre de 2019

La ruptura del modelo binomial

Recuerdo que hace cerca de un año escribí una entrada donde ponía de manifiesto el riesgo de las llamadas fake news que suelen circular con total impunidad por las redes, y sobre como estos mensajes calan en los más hondo de nosotras y nosotros al tocar de lleno aspectos muy relacionados con creencias, ideologías y emociones, y como desde la escuela debemos educar para estar prevenidos ante este tipo de situaciones.

Sin embargo, los hechos que recientemente se están viviendo en nuestro país me hace de nuevo retomar, muy a mi pesar, un tema como éste, pero con un enfoque algo diferente, pues ya no se trata sólo de tener un enfoque crítico ante las distintas informaciones (o desinformaciones) con las que suelen bombardearnos, sino también saber romper esta tendencia simplista y binomial de situarnos en uno u otro extremo ante una situación conflictiva o complicada, entendiendo que mi lado es "el de los buenos" y el otro bando son "los malos".

Es este último un concepto que siempre me ha llamado la atención, pues a menos que reflexionemos sobre ello, se nos ha inculcado durante toda la vida en esa idea de "buenos y malos", la cual parecemos reproducir en la actualidad.

Me parece importante educar en la perspectiva, en los posibles puntos de vista, en la empatía y en el poder comprender las motivaciones de otras personas o grupo de personas, sin que ello implique que las tengamos que compartir, pero sí respetar, teniendo en cuenta, claro está, la Paradoja de la Tolerancia descrita por el filósofo Karl Popper.


De lo contrario, como vemos, esta tendencia al odio mutuo, al rechazo y a la intransigencia se va haciendo cada vez más grande, y sucumbimos a los mensajes alarmistas o a las reacciones desmesuradas, alentadas por quienes tienen intereses ocultos en torno a las mismas, sean de la ideología que sean.

Es una tarea difícil, pero como educadores podemos ir afianzando los cimientos de una actitud más asertiva trabajando en nuestros centros en la resolución de conflictos, en la aceptación de la diversidad como elemento enriquecedor de nuestra sociedad o en el respeto al prójimo sin importar sus ideas, su procedencia, sus creencias, sus gustos o sus costumbres, aprendiendo de esta manera a ponerse en su lugar y a aceptarle sin juzgar.

No obstante, esta no es una tarea que nos corresponda sólo a la escuela. Toda, y repito, toda la sociedad es responsable de cómo educamos a las generaciones venideras y de que ejemplo le damos, y por consiguiente también somos responsables de no alentar posturas extremistas y violentas, y de no alimentar el odio o el miedo, y de poner todo cuanto esté en nuestra mano para evitar llegar a situaciones como las que, desgraciadamente, estamos viviendo con total impotencia y frustración.

De nada nos vale luego conmemorar el Día de la Paz si luego lo único que sabemos ofrecer es competencia y confrontación.

Ojalá que aquellas personas que tienen la responsabilidad de evitar este tipo de situaciones adversas dejen de un lado sus diferencias y busquen, de manera colaborativa, una solución. Eso sería mucho más educativo e ilustrador que todo un sinfín de contenidos totalmente desconectados de nuestra realidad.

Sin embargo, hasta que esto ocurra, tenemos deberes que realizar:

Debatamos sobre ello en las aulas.

Desmontemos los discursos que fomentan dicha situación.

Fomentemos el enfoque crítico y constructivo.

Evitemos los extremos.

Acerquemos las posturas

Contribuyamos con el ejemplo.

Colaboremos todas y todos en construir un mundo mejor. 


viernes, 27 de septiembre de 2019

Pequeñas reflexiones sobre el papel de la Escuela frente al Cambio Climático

A lo largo de esta semana ha tenido lugar la llamada "Semana por el Clima", durante la cual nuestros jóvenes estudiantes nos han tomado la delantera y se han lanzado de lleno a las calles.

¿Su objetivo? Poner de manifiesto la urgente necesidad de concienciarnos sobre el alarmante cambio climático que estamos experimentando y a exigirnos que debemos actuar en consecuencia.


¿Qué papel deberían tener las escuelas en todo este proceso?

Para empezar, es un tema de imperiosa actualidad, cuya relevancia ha tocado de lleno a nuestra juventud, la cual sabe muy bien que serán ellos y ellas, en un futuro no muy lejano, quienes más padezcan las nefastas consecuencias de nuestra irresponsabilidad.

En este sentido, los centros educativos no pueden permanecer impasibles ante la realidad que se vive más allá de las cuatro paredes de nuestras aulas, sino que debemos ser los mediadores entre los aprendizajes que deben adquirir y el mundo que les ha tocado vivir.

Por otro lado, en las escuelas tenemos la tarea de no sólo educar en contenidos, sino también en valores, así como de dotar de las herramientas necesarias a nuestro alumnado para que puedan ser parte crítica y activa de una sociedad en la que deberán desarrollarse como persona, pero donde también podrán influir. 

Es importante saber que nuestros actos tienen consecuencias, y que todas y todos tenemos el poder de transformar nuestra realidad, aunque sea mediante pequeños actos cotidianos, pues bien es cierto que necesitamos un cambio de modelo de consumo y producción para poder revertir, en la medida de lo posible, la situación que se nos viene encima, pero mientras luchamos por estos grandes cambios, siempre nos queda la posibilidad de reducir, de reutilizar y de reciclar.

En palabras de Eduardo Galeano


Sigamos exigiendo a nuestros políticos y mandatarios que asuman compromisos y lleven a cabo acciones reales para paliar los efectos del cambio climático que estamos provocando.

Sigamos ejerciendo pequeñas acciones cotidianas para evitar empeorar la situación y concienciemos a las personas que nos rodean de la importancia de seguir dichas pautas. 

Cuidemos de nuestro planeta. 

Es el único que tenemos. 

Gracias alumnos y alumnas por señalarnos el camino a seguir.

Es hora de que ahora seamos nosotras y nosotros quienes sigamos vuestro ejemplo.


jueves, 29 de agosto de 2019

Angus Young

Angus Young, guitarrista del grupo ACDC, es conocido por salir siempre a los escenarios vestidos con un uniforme escolar. 

Existen varías teorías en torno a este hecho, y una de las principales suelen ser que, durante su etapa escolar, topó con algún o alguna docente que constantemente le estuvo repitiendo que jamás llegaría a nada en la vida, y es ésta una manera de lanzar un mensaje a quienes no creyeron en él.


Aún sabiendo que no está del todo confirmada la veracidad de esta hipótesis sobre la indumentaria de éste mítico músico, voy a permitirme tomarlo como ejemplo para exponer como este tipo de profecías negativas se proyectan en las aulas mucho más de lo que sería deseable.

Más concretamente, me gustaría aprovechar la ocasión para exponeros como, durante mi vida académica, también recibí mensajes de este estilo sobre mi futuro por personas que decían ser profesionales de la Educación.

Para quiénes no hayáis leído mi entrada anterior, debo decir que a mi zurdería siempre estuvo asociada una caligrafía bastante ilegible, siendo éste uno de los hechos por los que más se me recriminó que jamás podría labrarme un futuro. 

Hasta cierto punto, puedo comprender que, por mi bien, era importante que mejorase este aspecto de mi escritura. Sin embargo, la forma en que se me planteaba, mediante comentarios despectivos o mediante negativas expectativas hacia mi futuro, provocaba en mí mucho más rechazo que motivación para ponerme a trabajar en ello (bendita mi madre que puso todo de su parte para intentar que mejorase mi tan nefasta letra).

Por otro lado, el ser un chico tímido y sensible fue también un factor importante a tener en cuenta durante mi etapa escolar a la hora de relacionarme con compañeras y compañeros. 

En este sentido, creo que, como docentes, tenemos la responsabilidad de conocer a nuestro alumnado, de observar y comprender que tipo de organización social se desarrolla tanto dentro de nuestras aulas como durante los tiempos de recreo, y actuar si detectamos alguna dificultad o alguna situación de acoso. 

Sin embargo, en mi caso recuerdo una gran dejadez por parte de las personas adultas que allí estaban, e incluso hubo quién fomentó esa situación con bromas inapropiadas o puestas en evidencia durante el transcurso de las clases.

Estos son aspectos de mi vida pasada que tengo bastante borrados de mi memoria (a veces nuestra mente es sabia) y que expongo aquí, no por remover la basura, sino a modo de intentar concienciar sobre aspectos de este tipo que, desafortunadamente, se dan en la vida escolar.

Lo cierto este es un tema sobre el que alguna vez había pensado escribir, pero no sabía como plantearlo. Sin embargo, recientemente estuve hablando sobre ello con una buena amiga del gremio, y me pareció necesario plasmarlo aquí para así darle visibilidad, ya que no todo el mundo, ante este tipo de situaciones, tiene la fortuna de saber sobreponerse a esos continuos mensajes negativos y demostrar su valía pese a cualquier pronóstico indeseado, como ocurre con nuestro guitarrista protagonista de este post.

Tampoco me parecería justo obviar el hecho de no todo fue negativo, pues también tuve la gran suerte de toparme con otro tipo de docentes mucho más involucrado y que vio en mí el valor que a menudo ni yo mismo veía, y estoy enormemente agradecido por su buen hacer y su influencia sobre mi persona.

Así pues, puede que yo no triunfara en el mundo de la música, pero sí que, pese a todo, logré el objetivo que tanto esfuerzo y sacrificio me supuso aprobando mi oposición como maestro, y a día de hoy tengo la suerte de ejercer una profesión con la que disfruto y con la que me siento realizado. 

Por lo tanto, a quienes os dediquéis a este trabajo, recordaros desde aquí la gran capacidad de influencia, tanto positiva como negativa, que tenemos sobre tantos y tantas discentes que pasan por nuestras manos.



Y es que, como diría nuestro amigo y vecino Spiderman: "un gran poder conlleva una gran responsabilidad".

Así pues, antes de despedirme, sólo queda recordar que...

"It's a long way to the top if you wanna rock'n'roll!"



¡Qué tengáis un gran comienzo de curso!

martes, 13 de agosto de 2019

13-A

Son ya varios los años que dejo pasar la ocasión de escribir una entrada en un día como hoy porque suele coincidir con el descanso que me tomo en el blog durante el verano. Sin embargo, puesto que ya me tomé una necesaria pausa unos meses atrás, creo que ahora es un buen momento para escribir sobre un tema que me toca directamente.

Y es que, para quien no lo sepa, hoy se celebra el día internacional de las personas zurdas, así que, como buen zurdo que soy, me gustaría exponer mi experiencia al respecto a la hora de afrontar ciertas situaciones y aprendizajes.

Empezaremos, pues, por aquello que se hace más significativo a simple vista en cualquier aula: la forma de escribir. 


Como bien sabemos, en el mundo occidental el proceso de lectoescritura se suele realizar de izquierda a derecha, lo que conlleva que, para una persona diestra, sea fácil seguir de manera visual lo que va escribiendo. Sin embargo, para una persona zurda no es tan sencillo, puesto que vamos tapando con nuestra mano dominante aquello que vamos escribiendo (o dibujando), y provoca que a menudo tendamos a no coger el lápiz de forma correcta o a adoptar otro tipo de posturas, tal y como vemos en la imagen, para poder realizar ese seguimiento visual del que hablábamos, por no hablar ya de las características manchas de tinta con las que solemos "adornar" el canto de nuestra mano izquierda cuando escribimos. 

Por otro lado, también está el dificultoso uso de unas simples tijeras. Cierto es que, hoy día, se ha normalizado más el uso de tijeras para personas zurdas, pero en mi caso fue toda una odisea el aprender a recortar con la mano derecha, ya que con la izquierda me era imposible coger correctamente las tijeras (y lo mismo pasa con otros elementos, como por ejemplo, un abrelatas). 

Ya Ned Flanders en la famosa serie animada de Los Simpson ponía de manifiesto estas dificultades de las personas zurdas inaugurando una tienda con producto específicos para las mismas.


Este es un hecho que se extiende también al mundo de la música, ya que prácticamente la totalidad de instrumentos musicales están diseñados para las personas diestras - cuestión hasta cierto punto razonable, ya que se trata de la mayor parte de la población -, pero que dificulta desde la adquisición un instrumento (considerablemente más caros al ser para una persona zurda, lo cual me resulta injusto) hasta la participación en cualquier jam session o evento de carácter similar donde se ponga a disposición de los asistentes el acceso a los instrumentos musicales allí ubicados y preparados para el gran grueso de la población. 

Por último, pero no por ello menos importante, está la cuestión de aquellos condenados pupitres que estaban formados por una silla y una pequeña superficie para escribir al lado derecho de la misma. En alguna ocasión puntual podías encontrar uno de estos pupitres con la tabla al lado izquierdo, pero por regla general me he visto, a lo largo de mi vida tanto escolar como post-escolar, obligado a escribir torcido hacia la derecha porque no se había previsto el disponer de algún modelo de estos pupitres para personas zurdas (si bien me resultan, por regla general, de lo más incómodo para cualquier persona, escribas con la mano que escribas, y optaría por su desaparición de nuestras aulas).


Por suerte hemos superado en gran medida aquella etapa en la que el uso de la mano izquierda conllevaba una serie de connotaciones negativas o asociadas al mal, y se golpeaba en esa mano a quienes hicieran uso de la misma o se le ataba detrás de la silla para ponerles en la obligación de usar la mano derecha.

No obstante, todavía me consta que quedan algunos resquicios de que la mano izquierda no está del todo bien vista, ya sea por una cuestión cultural (lo cual no creo que deba ser excusa) o por una simple estrechez de miras.

Y es que a veces, cuando hablamos de atención a la diversidad, solemos pensar en cuestiones profundas y en grandes medidas, pero nos olvidamos de aspectos tan básicos como el facilitar a las personas zurdas determinados materiales y estrategias de acceso al aprendizaje, y tan importante es pensar a lo grande como centrarse en los pequeños detalles que a menudo pasan desapercibidos.

¡Que paséis un buen día!

sábado, 27 de julio de 2019

Oda a la Diversidad

Durante la primera semana de este mes de julio pudimos vivir, gracias a Acción Educativa y a la Fundación Ángel Llorca, una intensa semana de formación en la Universidad Autónoma de Madrid donde el epicentro de la misma fue el trabajar por una Escuela Abierta a la Diversidad, entendida esta en su concepto más amplio y globalizador de la palabra, pues creo que ya es hora de que dejemos de entender la atención a la diversidad como algo asociado de manera única y exclusiva a las personas con discapacidad y entendamos por fin que la diversidad es algo inherente a toda la humanidad.

Eso significa que todas y todos, independientemente de nuestras capacidades, de nuestras creencias, de nuestra cultura, de nuestra procedencia, de nuestra identidad de género o de nuestra orientación sexual, merezcamos el mismo respeto y la misma dignidad como personas que conformamos la sociedad.

Sin embargo, eso es algo que durante este último mes también se ha visto amenazado por parte de ciertos grupos reaccionarios que quisieron declararle la guerra a la celebración del Orgullo y a todo lo relacionado con la formación y prevención de la LGTBIfobia en las aulas, pues, al igual que ocurría con quien se dedica a educar en prevención de violencia machista y en igualdad, también se ha querido recabar en la identidad de quién ofrece formación en materia LGTBI.


Por lo tanto, esto nos demuestra que aún tenemos un importante trabajo que realizar y que, como docentes (y no docentes) en compromiso con la diversidad, debemos garantizar que la sociedad a la que formamos esté preparada para acoger, respetar y valorar a cualquier persona sin importar su identidad, y acciones como las que desarrollan los Movimientos de Renovación Pedagógica (MRP), con el ejemplo de la Escuela de Verano de la que hablábamos al principio de este post, nos marcan el camino a seguir.

Después de todo, no sólo se trata de aceptar la Diversidad, sino de hacer de ella nuestra bandera común.  

Por último, me gustaría cerrar esta Oda a la Diversidad con una emotiva imagen que dio la vuelta al mundo y que se produjo también este mes durante la celebración del Resurrection Fest:


Tal y como vemos, todo el público de un festival se dedica a apear a este compañero para que pueda disfrutar al máximo posible del concierto que se estaba produciendo en ese momento.

Cierto es que ya la mayoría de los eventos musicales, culturales o deportivos suelen tener espacios y asientos reservados para las personas que presentan diversidad funcional, y me parece genial que tengan ese lugar garantizado, puesto que todavía quedan muchísimos espacios por adaptar.

Sin embargo, ello no debería servir de excusa para que personas como la que vemos en la foto no pueda querer vivenciar esta experiencia como lo harían todo lo demás, pues tan responsabilidad nuestra es garantizar que exista un lugar habilitado como poder permitirles disfrutar al máximo posible de su vida en la sociedad, evitando caer en la mirada de la condescendencia.

Hay veces en las que se trata más del querer que del poder. No seamos nosotras ni nosotros quienes les pongamos los límites.

Supongo que, después de todo, en esto consiste realmente aquello que nos contaban de la inclusión. 

Si todavía te queda alguna duda al respecto de ese concepto, puedes volver a mirar la foto anterior. 

Recuerda: una imagen vale más que mil palabras.

¡Qué disfrutéis del verano! 

sábado, 15 de junio de 2019

A mis compañeras interinas

A mis compañeras interinas.

A las que han compartido este curso conmigo.

A las que han compartido cursos anteriores.

A las que otra vez os toca enfrentaros a este duro proceso que es la oposición.

No tengo más que palabras de aliento, de apoyo y de admiración hacia vosotras.

Hemos compartido muchos momentos, desde aquellos marcados por el trabajo en equipo, la complicidad y el buen humor, hasta aquellos otros más difíciles de gestionar y que sólo quienes conocemos de cerca esta realidad podemos comprender e incluso llegar a relativizar.

También he sido testigo directo de vuestra dedicación, vuestro esfuerzo, vuestra entrega, vuestra actitud y vuestra valía, y he visto como habéis procurado sacar siempre lo mejor de vosotras mismas, aunque quizás las circunstancias no siempre nos pudieran acompañar.

Sin embargo, habéis estado ahí, día tras día, afrontando con esmero e ilusión vuestro trabajo al tiempo que preparabais vuestra oposición, porque la vocación va por dentro, y eso jamás podrá medirlo ninguna nota: la calidad no siempre es cuantificable. 

Así que, pase lo que pase en esta nueva convocatoria, ante todo recordad que lo valéis, que lo habéis demostrado, y que podéis estar orgullosas de vuestra labor.

Ahora os toca salir ahí fuera.

Os toca afrontar esta recta final.

Demostradle a cada persona del tribunal de que material estáis hechas.

Demostradle el tremendo valor que os define tanto a nivel personal como profesional.

Y, si no es en esta ocasión, puede que en la próxima quizás.

Lo importante es que ya estáis en el camino, y que vuestra grandeza está por encima de cualquier calificación.

Estoy encantado de haberos conocido.

Gracias por todo lo que habéis aportado.

Confío plenamente en vuestras posibilidades y en todo lo que sois capaces de lograr.

Ahora es el momento de qué también os lo creáis.

Contáis con todo mi apoyo.

¡Os toca salir a ganar! 


viernes, 31 de mayo de 2019

Pausa

Quienes me conozcáis sabéis que, entre los géneros musicales que suelo oír, el rap en español ha sido siempre uno de los más destacados (prueba de ello es la entrada en este blog que le dediqué).

Este dato viene a raíz de que, en una de sus canciones, el rapero Zénit decía:

" Después de una sequía creativa que me hizo hundirme,
he vuelto ante vosotros más maduro, más firme. 
Pensé en dejar de hacer rap, pero volví a arrepentirme
al pensar en todo lo que he de decir antes de irme"

Y es que, como habréis podido observar (aunque tal vez ni siquiera lo hayáis echado de menos), llevo desde el es de febrero sin escribir nada en este blog.

¿El motivo? Podríamos decir que se trata de una mezcla de falta de motivación y ausencia de creatividad, la cual me llevó a decidir tomar una pausa en la periodicidad que suelo procurar mantener en mis publicaciones, después de varios intentos fallidos de escribir algo tras la última entrada publicada y comprobar que las ideas no fluían y que me bloqueaba ante la hoja en blanco del editor. 

¿Qué por que estoy escribiendo sobre esto? Porque creo que es importante reconocer que no siempre podemos llegar a todo, que a veces es necesario parar para coger aire antes de continuar, y que, como dicta la siguiente imagen, "casi todo vuelve a funcionar si lo desconectas un momento... incluso tú". 


Por todo ello, puede que, a estas alturas del curso, veas tus fuerzas flaquear o que creas que no has dado todo lo que podías dar. O también puede darse el caso de que esa sensación haya sido como un fantasma que te ha acompañado de manera continua o intermitente. 

Hay múltiples variables en nuestro día a día que no podemos controlar. A menudo pasa que trabajamos en unos contextos donde el ambiente se carga de tensión, de malas vibraciones y de una tóxica negatividad. Supongo que incluso una profesión tan bonita y apasionante como la nuestra tiene su reverso tenebroso.

Sin embargo, no todo es oscuridad, aunque puede que a veces ésta nos ciegue demasiado como para lograr ver más allá. Pero siempre hay valiosos brotes de luz que se muestran en cada pequeño o gran avance que haga nuestro alumnado, en sus caras de satisfacción y agradecimiento o en el apoyo y el cariño de aquellas buenas personas con las que compartimos esta vocación, y es por ello que a veces necesitamos detener la vorágine en la que nos vemos inmersos para poder "mirar donde otros sólo ven".

Dicho todo esto, vuelvo, como podéis comprobar, a enfrentarme a la hoja en blanco de este blog para reconocer que he necesitado tomarme una, en principio, forzada pausa, pero la cual ahora valoro, pues me ha permitido reposar ideas, planteamientos y valores antes de poder continuar.

Al fin y al cabo, la pausa no es más que una parte del camino, por lo que, cuando así lo estimes necesario, no te lastres de manera innecesaria y permítete el poder parar.

Pero recuerda: 





miércoles, 27 de febrero de 2019

"Apunten mi nombre también"

Se acerca el 8 de marzo, una fecha que, lejos de lo que sería lo deseable, sigue siendo especialmente necesaria reivindicar, y más aún tras el alarmante auge de algunas ideologías basadas en la descalificación e incluso en la persecución de toda persona u movimiento que apoye y trabaje por la lucha feminista.

Esto ha generado que hayan sido muchas las personas que, de manera abierta y voluntaria, se hayan identificado como defensoras de la causa feminista, algo que, como ya he manifestado en anteriores ocasiones, no sólo atañe a nuestras compañeras, sino que nos compete y compromete a toda la sociedad.

Así pues, tras esta previa aclaración, quiero dejar constancia de que, como persona que se dedica a la enseñanza, entre mis múltiples funciones debe estar la de educar en valores y la de educar en la diversidad, siempre entendida ésta en su sentido más amplio, y no sólo a nivel de discapacidad como a menudo se suele pensar.

Sin embargo, también a título individual siento que tengo el deber moral de ser consecuente con dichos principios, lo que implica procurar que, en mi día a día, quede de manifiesto dicha coherencia. 

Es por ello que me defino como feminista, porque trabajo y abogo por los valores que este movimiento representa, tanto en lo que a igualdad de oportunidades y de consideración social que la mujer se merece, como en el rol que nosotros, como hombres, debemos adoptar al respecto y sobre el que tenemos mucho que reflexionar.

Por lo tanto, siempre que pueda seguiré aportando mi granito de arena a favor de los principios de igualdad y de equidad, con la diversidad por bandera y con mucho camino aún por caminar.


Así que ya lo saben:

Apunten mi nombre también.

viernes, 25 de enero de 2019

Análisis de una propuesta inclusiva

El reciente anuncio por parte del Gobierno actual de promover un traspaso paulatino de un considerable número de alumnas y alumnos de la Educación Especial al modelo de escolarización ordinaria ha generado un sinfín de reacciones de lo más variadas en toda la comunidad educativa.

Como ya explicaba en mis redes sociales cuando se conoció esta propuesta, "Los centros de Educación Especial, en su planteamiento teórico, están diseñados para dar respuesta como última opción al alumnado con el que hemos agotado todas las medidas posibles en su centro de referencia. Sin embargo, cada vez hay más alumnado con necesidades educativas especiales que acaba en la Educación Especial por una serie de brutales recortes en recursos educativos y por unas ratios masificadas, que van en detrimento de una atención de calidad en los centros ordinarios, haciendo que resulte muy complicado ofrecerles la atención que necesitan".

Por lo tanto, la primera consigna a tener en cuenta en este sentido es que, por mucha bondad con la que se quiera llevar a cabo este proceso, no se trata única y exclusivamente de cambiar el espacio físico en el que se van a encontrar este alumnado de un tipo de centro escolar a otro, pues eso no sería más que volver hacia atrás a un sistema precario de integración.


Si realmente se quiere apostar por una escuela de verdad inclusiva, hay que potenciarlo desde la base, desde una voluntad férrea y certera de querer invertir en una sociedad también inclusiva, lo que implica garantizar una educación de calidad a todo el alumnado, sin distinción, y ello pasa por destinar todos los recursos personales y materiales necesarios (y cuando digo todos, digo TODOS, con mayúsculas), sin escatimar para nada en gastos, y sin permitir la existencia de un sistema paralelo de escolarización que se subvencione con dinero público pero que sí tenga la postestad de seleccionar y, por tanto, de segregar, a su alumnado.

Este hecho no significa que tengan que desaparecer los centros de Educación Especial, nada más lejos de la realidad, pero sí quizás modificar nuestro enfoque hacia los mismos. Hace cerca de un año que escribía en este mismo blog, desde mi particular punto de vista como docente que realiza su trabajo en este tipo de centro, sobre "el desconocido mundo de la Educación Especial", post que recomiendo leer encarecidamente si se quiere tener una visión más amplia y completa sobre todo lo que concierne a la presente polémica. 

No obstante, no debemos olvidar que la diversidad es una característica inherente del ser humano, y ésta no puede entenderse sólo en materia de discapacidad. Asentar las bases de una escuela inclusiva no es sólo dar respuesta a este alumnado, sino fomentar un espacio de acogida, de respeto mutuo y de aceptación de las diferencias de todas las personas, sin distinción.

Es más, también hubo una entrada en este blog denominada "necesidades educativas no tan especiales", donde rompíamos una lanza a favor de entender que las necesidades de cualquier alumno o alumna no son tan distintas como a menudo nos puede parecer. Creo firmemente que muchas de las metodologías, recursos o propuestas pedagógicas que a priori están pensadas para nuestro alumnado específico también favorecería con creces el proceso de enseñanza- aprendizaje de cualquier otro discente, y el hecho de que ambos tipos de alumnado compartan experiencias escolares comunes desde un espacio realmente inclusivo y acogedor ayudaría a derribar un sinfín de barreras y a desterrar mitos y tabúes que nacen de la ignorancia y crecen en el desconocimiento.


En dicho sentido, especial mención debemos realizar sobre el acoso que a menudo reciben en sus centros de referencias los alumnos y alumnas que en nuestros centros de Educación Especial encuentran un refugio (lo cual no significa que en nuestros centros específico no puedan producirse también dichas prácticas). Es otro matiz sobre el que debemos trabajar e insistir para garantizar el bienestar de dicho alumnado, pues si el argumento para el cambio de modalidad educativa es que ahí "va a estar mejor", así sin más, hay algo en lo que seguro estamos fallando como sistema.

Y es que, como ya os decía al inicio de esta entrada, lo que en teoría debería ser siempre la última opción posible cuando se han agotado el resto de posibles medidas para dar una respuesta acorde a las necesidades existentes, últimamente es más contemplada como la puerta de salida de todos aquellos alumnos y alumnas que "nos sobran" en los centros ordinarios, bien porque no tengamos los conocimientos pedagógicos o los recursos necesarios para atenderles adecuadamente (comprendo la frustración e impotencia de muchos y muchas docentes ante este tipo de situaciones), o bien porque nos falten fuerzas, energías, paciencia, y, en el peor de los casos, la voluntad de querer atenderles. 

También debemos desterrar el mito de que los centros de Educación Especial son la panacea y allí van a tener todos los recursos que se necesitan, pues desgraciadamente también solemos encontrarnos desprovistos de todos los recursos materiales y personales necesarios para realmente ofertar una respuesta adecuada y de calidad (los recortes en presupuesto educativo no hacen distinción en este aspecto), por lo que nos limitamos a hacer lo mejor que podemos con lo que buenamente tenemos, que ojo, es mucho.

No obstante, sigo creyendo que nuestros centros específicos son unos grandes desconocidos para la comunidad educativa y para el conjunto de la población en general, y me parece importante que las personas que van a dedicarse al ámbito de la Educación pasen una temporada por estos centros para conocer su realidad, así como fomentar experiencias compartidas entre centros ordinarios y centros específicos, abriendo así poco a poco paso a una sociedad más respetuosa, acogedora e inclusiva, pues las personas a las que atendemos en nuestros colegios son también parte de la ciudadanía, aunque a menudo lo lleguemos a obviar. 

Para finalizar, decir que ya en la Comunidad de Madrid se promovió una Iniciativa Legislativa Popular sobre una escolarización más inclusiva que nos marcaba el camino a seguir. Después de todo, considero que es importante que se plantee una escuela más inclusiva, pero para ello resulta de vital importancia un firme compromiso para dotar a la misma de los recursos necesarios para responder a sus necesidades y cambiar el enfoque rígido y puramente academicista de la escuela tradicional por uno más centrado en la persona y en su desarrollo completo e integral, y, mientras que esto no sea una realidad, los centros de Educación Especial seguiremos jugando un papel fundamental.