Uno de los pilares en los que se basa el nuevo proyecto de ley educativa promulgada por el ministro Wert es la supuesta existencia de "asignaturas importantes" y "asignaturas que distraen". Esto se traduce en la supuesta necesidad de darle mayor peso a aquellas materias con un enfoque puramente académico en detrimento de aquellas otras materias con un componente más artístico o humanístico, pero igualmente necesarias para el desarrollo integral de cualquier ciudadano.
El siguiente vídeo de la RSA y Sir Ken Robinson, sin estar directamente contextualizado en la realidad educativa de nuestro país en la fecha actual, realiza un brillante análisis de toda esta situación de una manera amena y original, haciendo especial hincapié en la forma en que están concebidas nuestras escuelas y en la necesidad de fomentar el aprendizaje en grupo y el pensamiento divergente para dar respuesta a las necesidades reales y actuales de nuestro alumnado.
Como bien demuestra el estudio sobre el pensamiento divergente que se explica en el vídeo, es nuestro sistema académico el que poco a poco va matando la originalidad, la creatividad y la espontaneidad de los alumnos, a base de repetirles una y otra vez que sólo existe una manera correcta de hacer las cosas, de subordinarnos al libro de texto más que a sus propias expectativas de aprendizaje y a castigar a quienes se atrevan a contradecirlo o a ponerlo en evidencia.
Es curioso, porque luego les exigimos a los alumnos que nos razonen las respuestas, pero no les enseñamos a razonar. Se trata de un proceso de aprendizaje memorístico y repetitivo, cuya premisa es la de que, para dar una respuesta por buena, ésta debe ser similar a la que dicte el libro de texto o el docente de turno, aunque el año anterior se le hubiera planteado al alumno esa misma cuestión de una forma totalmente diferente.
Al final, todo consiste en dar la respuesta que contente al profesor en cuestión, sin importar realmente si la hemos entendido o la hemos interiorizado y aceptado como tal. Y no osemos, por supuesto, poner en entredicho la veracidad de dicha respuesta.
Pondré un par de ejemplos al respecto de todo lo que os vengo diciendo, tanto en el campo de las letras como en el de las ciencias:
El primero de ellos, es referido al área de Lengua y Literatura, donde mi experiencia como alumno y más tarde como profesor particular de esa asignatura me avala, ya que, por mucho que pasen los años, siempre estarán los profesores que preferían que los análisis sintácticos se hagan con "llaves" y los que preferían que se hagan con "cajas". Es cierto que en preferencia no hay nada escrito, y cada cuál puede tener su propia opinión al respecto sobre que sistema le convence más, pero el problema radica en que se dan númerosos casos de que sólo se acepta como buenos aquellos análisis presentados de la manera que más nos convence, cuando ambos son dos formas diferentes de llegar a un mismo resultado.
El otro ejemplo es referido a las Matemáticas y a las Ciencias en general, cuando se presenta en clase una determinada fórmula o algoritmo para resolver un tipo determinado de problemas o situaciones, sin ni siquiera explicar el por qué de ese proceso para una mejor comprensión de lo que estamos haciendo más allá de la mera repetición de un mecanismo dado sin más y que estamos obligados a memorizar sin entender.
Pasa a veces también, en este último campo, que un alumno encuentra una manera de resolver un problema diferente al proceso que nosotros hemos enseñado, y que en lugar de valorar su capacidad para razonarlo y llegar a su resolución por sus propios medios, acabamos por regañarle y obligarle a hacerlo igual que todos los demás, como si fuera la única manera válida.
Con estos ejemplos lo único que quiero poner en evidencia es que, para formar ciudadanos libres y críticos, debemos favorecer su capacidad de pensamiento para razonar, asimilar y comprender aquello que están aprendiendo, para que, de esta forma, lo que trabajen en la escuela les sea significativo.
Sin embargo, como bien dice el vídeo que vimos con anterioridad, "el problema radica en que intentamos enfrentarnos al futuro a base de hacer lo mismo que en el pasado", y más aún cuando lo que hasta ahora sólo era una mala práctica docente por desgracia bastante extendida se va a convertir en norma legal por la ineptitud de quien ostenta ahora mismo las competencias educativas de nuestro país.
La única esperanza que nos queda es la de aquellos docentes que realmente creen en todo lo que venimos defendiendo y se deben totalmente a su vocación, los cuales cada vez son más y más, y se van dejando notar después de tanto tiempo a la sombra de lo que se venía considerando "normal".
Así pues, no se trata de diferenciar entre asignaturas importantes y asignaturas que distraen, sino de hacer de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje una experiencia estética que englobe todos los campos para el desarrollo completo del ser humano y otorgue al discente la motivación necesaria para disfrutar con el día a día de lo que se viene trabajando en la escuela, en lugar de machacarle y anestesiarle con contenidos descontextualizados que acabamos estableciendo bien lejos de sus intereses, creando una ruptura muchas veces difícil de subsanar.
Para finalizar, quisiera también destacar la especial mención que hace el vídeo sobre la sobremedicación que se le da a aquellos niños que se distraen en el ámbito escolar, y la extremada facilidad y rápidez con la que llegamos a asignarles un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, pero esta cuestión ya la trataremos más a fondo en una nueva entrada en el blog.
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