viernes, 12 de diciembre de 2014

La Educación es Vida, y la Vida es Educación

Este pasado fin de semana fue el tan anhelado puente de diciembre que tantas personas esperan con ansia para poder tomarse un respiro de su día a día cotidiano. Sin embargo, y por suerte, existen personas que, en lugar de buscar descanso y relax esos días, prefieren emplear su tiempo en aquello mismo que les ocupa su vida diaria, pero desde otra perspectiva mucho más enriquecedora y transformadora, que es la que nos vuelve a ofrecer, por segundo año consecutivo, y nuevamente con un gran éxito de demanda, la buena gente de Espacio Cultural Conviven, con sus II Jornadas "Educando Para la Vida".

Verónica Rivera, en su Proyecto Socio-Educativo "Enamóra+e", ya venía defendiendo la idea de que "La Escuela no sólo debe parecerse a la Vida, sino que la Escuela debe ser la Vida". Así pues, hay una cosa que tenemos bien clara, y es el ser conscientes de que de nada tiene sentido educar si no se hace en relación y en conexión con la vida que hay más allá de las cuatro paredes de un aula y teniendo en cuenta a todos los agentes implicados en dicho proceso, pues la Educación es potestad de toda la Comunidad.

Ya en la anterior edición de este evento tuvimos la suerte de conocer y profundizar en distintos planteamientos pedagógicos y metodológicos, y se nos presentaron nuevas formas de entender la educación más allá del modelo tradicional que, pesé a todo, sigue siendo la base en la que se sostiene nuestro sistema actual, y más aún teniendo en cuenta el retroceso que nos supone la nueva ley de educación que ya se ha empezado a aplicar.

Siguiendo este planteamiento, hay una segunda cuestión que tenemos bien clara también: este sistema no sirve para responder a las necesidades educativas que los tiempos que corren requieren. En un panorama como el actual, con la importancia que han demostrado tener, desde un punto de vista científico, las emociones y el plano afectivo y social en el aprendizaje, y con el auge que están teniendo las tecnologías de la información y de la comunicación en nuestra sociedad, no se puede seguir educando bajo ese modelo industrial cuyo cometido es llenar nuestras cabezas de conocimientos puramente académicos y generar buenos trabajadores para el mercado laboral.

En ese sentido, tenemos que cambiar el punto de vista bajo el que funcionan nuestras escuelas, pues no se trata de formar empleados, si no de formar personas, personas con la suficiente autonomía y competencia para ejercer tanto sus derechos como sus obligaciones, ciudadanos y ciudadanas de una comunidad en la que todos debemos convivir y en la que todos tenemos algo que aportar, celebrando nuestra diversidad y respetando nuestras discrepancias.


Eso mismo es, en cierta manera, el reflejo de lo que hemos hecho durante este intenso fin de semana: somos personas diversas que hemos compartido un espacio común y hemos contribuido a que el tiempo empleado en el mismo fuera lo más ameno y enriquecedor posible; hemos compartido nuestras inquietudes, hemos reconocido nuestras limitaciones, hemos expresado nuestras ilusiones y hemos aportado nuestras vivencias, nuestras ideas y nuestras reflexiones, pero, ante todo, hemos establecido vínculos, hemos conectado y hemos compartido todo lo anterior los unos con los otros, y es quizás en esta interacción, en este saber común, donde hemos ganado esa fuerza que necesitábamos para seguir creyendo que otra educación es posible, que existe otra manera de hacer las cosas, y seguir luchando por ello.

Así pues, es fundamental que, en este reto que nos hemos planteado, creemos, mantengamos y ampliemos esas redes personales que establecemos en este tipo de encuentros, ya que sirve para reforzarnos los unos a los otros y no sentirnos solos en nuestro particular ámbito de actuación. 

En esta línea existe ya un grupo de Facebook creado donde podemos seguir en contacto y compartiendo e intercambiando nuestras percepciones y nuestras experiencias entre nosotros, pero me parece sumamente interesante el poder ampliar estas redes hacia otras plataformas como twitter, a través de la cual fui, en la medida que me fue posible, retransmitiendo lo que se iba viendo y trabajando en Conviven bajo el hashtag #EducandoVida. Esta es una práctica muy habitual en otros eventos educativos (como es el caso de EABE) mediante la que se busca que el mensaje llegue al mayor público posible y que invito a poner en práctica en próximas jornadas, pues es increíble lo contagiosa que puede ser la red.*

Después de todo, de eso se trata, de contagiar nuestra ilusión y nuestra energía a cada rincón al que lleguemos, que cada uno, en su particular parcela, aporte su granito de arena a la causa, que, ya sea desde dentro o desde fuera, contribuyamos a crear un nuevo modelo de escuela donde todos tengamos cabida y donde todos seamos tenidos en cuenta, pues la educación no puede quedar reducida a lo puramente escolar y académico: La Educación es Vida, y la Vida es Educación, y en nuestro vivir diario continuamente estamos realizando todo tipo de aprendizajes. En cada nueva tarea que afrontamos, en cada conversación que mantenemos o en cada decisión que tomamos podemos reestructurar nuestros esquemas de pensamiento y nuestra forma de crear, organizar y reorganizar el conocimiento del que disponemos.


Hablamos de un proceso dinámico, y como tal requiere dinamismo. El saber no es un fin, sino un proceso de constante cambio y transformación, mediante el cual vamos evolucionando nosotros mismos y hacemos evolucionar el mundo a medida que lo vamos conociendo. Se hace por tanto realmente necesario, como bien veníamos sosteniendo durante estos días, deshacernos de la mochila que todos arrastramos desde nuestra infancia y romper las cadenas que nos atan y nos inmovilizan, para de esta manera generar un nuevo modelo capaz de dar respuestas adaptadas a las diferentes necesidades que nos vayamos encontrando en cada centro educativo y en cada comunidad.


Para ello, habría que dar por fin respuesta a ese círculo vicioso sobre la disyuntiva de qué es lo que debe cambiar antes, la escuela o la sociedad.

En este sentido, opino que la Educación es un motor de cambio, pero ésta no puede entenderse sin un entorno social adecuado en la que poder desarrollarse como tal, por lo que ambas deben ir modificándose mutuamente en una proceso continuado que seguramente no de resultados hasta largo plazo. Al fin y al cabo, como bien sostenía uno de los lemas que más proliferaron durante el 15M, "vamos lento porque vamos lejos". 


La Educación es una carrera de fondo, requiere constancia, energía y fe por el cambio real. Ya muchas personas han dado el primer paso. Ya muchos colectivos trabajan en diferentes proyectos e iniciativas que servirán de guía y referencia para la escuela venidera. Ya somos muchos, y cada vez somos más. Como bien mantenía yo mismo este fin de semana, "debemos ser la gotas de lluvia que a base de tiempo y de paciencia acaban desgastando el paisaje". Un paisaje cuanto menos desolador, pero en el que aún queda lugar para la esperanza, y ejemplo de ello son las diferentes personas e iniciativas que vinieron estos días a compartir con nosotros su trabajo y sus ideas.

Ahora es el turno de sumar, de cooperar y de avanzar. Cada uno desde su particular frente, pero todos con un objetivo común. La unión hace la fuerza.

Así pues, para finalizar, y ya a título personal, decir que ha sido un auténtico placer volver a formar parte de estas Jornadas y reencontrarme con tantas personas de la anterior ocasión, al igual que también lo ha sido el poder conocer a tanta gente nueva tan interesante y tan involucrada. Es un honor compartir estos espacios con personas que tienen tanta ilusión y que tiene tanto que aportar. Gracias a todos y a cada uno de los asistentes por vuestra participación e implicación. Es un placer regresar a casa con toda esa fuerza que hemos generado y con la cabeza tan llena de ideas. ¡Hasta la próxima! 



*En esta línea os recomiendo recabar información sobre los Entornos Personales de Aprendizaje, también conocidos como PLE.

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