Hoy he visto reflejado el miedo en la cara de chicos y chicas de sexto curso de primaria. He visto sus caras descompuestas y sus miradas de angustia. He sentido su ansiedad y el peso de un sistema injusto sobre sus hombros. Todo por hacernos competir a unos contra otros en un supuesto modelo de "excelencia educativa".
¿Para esto se supone que educamos? ¿Pero no hablábamos de competencias? ¿Desde cuando las competencias han pasado a ser una competición?
Que no nos engañen los términos. Las competencias y destrezas indispensables son aquellas que nos ayudan a gestionar nuestra vida diaria y a contribuir como parte de una sociedad diversa y plural en la que todos tenemos algo que aportar. Y todo eso va más allá de lo que pueda quedar reflejado en un determinado papel.
Porque la Educación es movimiento, es un proceso constante, un continuo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, y tomar una foto de un determinado momento de ese proceso no ayudará a valorar toda su proyección y ejecución. Porque una foto puede no captar todos los detalles o puede salir borrosa, y seguramente no sea culpa de lo fotografiado, sino del encuadre o del enfoque que se realice, aunque se quiera poner el énfasis en lo contrario.
Así estamos entonces en nuestras aulas, centrando nuestro trabajo en la preparación de este momento, dejando de ser maestros para convertirnos en meros preparadores donde importa más el aprobar que el aprender, y donde determinadas materias pierden su peso a favor de las consideradas "importantes", cuando en realidad el saber es un todo conjunto y global y no la suma de compartimentos estancos de mayor o menor peso.
¿Y a esto llaman "calidad educativa"? Me temo que en este sentido aún nos queda un largo camino por recorrer...
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