lunes, 25 de mayo de 2015

"Educación Viral"

Ya hace tiempo que vengo observando que algo se mueve en el mundo de la Educación. Ya hace tiempo que vengo observando como cada vez hay más y más personas convencidas de la necesidad de genera un profundo y significativo cambio en esta materia tan determinante en la vida de todos y cada uno de nosotros y de nosotras.

El último ejemplo de ello han sido las Jornadas organizadas éste pasado sábado por primera vez en Segovia bajo el nombre de "Conspiración Educativa", y con un éxito de organización, de participación y de satisfacción muy importantes, en la línea del Movimiento EABE o las Jornadas de "Educando para la Vida" organizadas por "Conviven", y de los cuales podéis encontrar referencias a lo largo de éste blog.


En cada uno de estos encuentros en los que he tenido el gusto de participar veo latente la necesidad compartida por participantes procedentes de todos los rincones de nuestro país (en incluso a veces desde más lejos) por generar un cambio real tanto en Educación como en la Sociedad, pues una no puede entenderse sin la otra.

Sin embargo, un cambio de tal envergadura y magnitud no podrá llegarnos de la noche a la mañana, pues requiere un proceso bastante costoso y de una constancia y de un auténtico compromiso por parte de todos los agentes implicados. No obstante, eso no significa que no tengamos nada que hacer al respecto, pues no hay mejor manera de fomentar dicho cambio que el contagio.

Partiendo de la idea de "Pedagogía Vírica" y de "Virus Educativo" defendida por Pepe Arjona y puesta en marcha tanto en las Jornadas del CEP de Antequera como en el EABE15, celebrado este año en Córdoba, la presente entrada pretende ser un reflejo de cómo no necesitamos ni grandes recetas ni panaceas de expertos para comenzar a provocar un cambio en nuestras aulas, en nuestros centros y en nuestros entornos.

Si recordamos bien, había un concepto que en todas las facultades de Magisterio se nos ha mencionado: El Currículum Oculto. Quizás aún no estemos en disposición de modificar lo que el Curriculum Oficial nos dicta, pero si que podemos controlar este Currículum Oculto y hacerlo nuestro mejor aliado para afrontar nuestra tarea docente y, como si de un virus se tratase, expandir desde el propio organismo, que son nuestro sistema educativo y nuestra sociedad, el cambio deseado, es decir, adaptarnos al propio medio para hacerlo evolucionar.

Esto se traduce, sencillamente, en la actitud que tengamos en nuestro puesto de trabajo y en nuestra vida en general, pues no son aspectos ni mucho menos independientes entre sí. Una de las mejores técnicas de las que disponíamos para educar era el Modelado, es decir, ser modelos de lo que queremos enseñar, escapando de esa visión lineal de la Educación donde parece ser que sólo podemos ser modelos de nuestro alumnado y acercándonos a una perspectiva más holística y sistémica en la que todos podemos influir en todos.

En dicho sentido creo que la coherencia debe ser un factor clave, unido a la actitud que tengamos. Quizás a veces nos perdemos intentando explicar a compañeros y compañeras lo ventajoso de las ideas que tenemos sobre Educación, cuando tal vez sea mucho más productivo hacérselo vivenciar. La clave está en visualizar nuestra práctica, en mostrarnos y dejarnos ver como somos y como trabajamos en aquello en lo que creemos, contagiando así nuestro entusiasmo y nuestra ilusión, tanto de manera directa en nuestros entornos educativos como potenciándolo y difundiéndolo a través de las diferentes herramientas digitales que tenemos a nuestro alcance para un mayor impacto.

Y ya no sólo al propio cuerpo docente, sino también a alumnado, familias y comunidad, pues todos somos partes de este proceso, todos estamos destinados a compartir el mismo espacio y el mismo fin, y es por ello que generar un buen clima de trabajo y de relaciones personales hacia todo los agentes implicados será un aspecto vital para contribuir al bienestar de todos y cada uno de los mismos.

Como bien decía Mario San Martín en las Jornadas de "Conspiración Educativa", se trata de "fluir fácil por la forma y fondear fuerte en el fondo", es decir, tener bien claro quienes somos y hacia donde queremos ir, pero hacerlo con tal sencillez y con tal armonía que logremos contagiar nuestras buenas vibraciones al entorno que nos rodea y hacerlo así parte activa de todo este proceso de transformación y renovación educativa y social que pretendemos alcanzar.

Porque con una sonrisa en la cara se enseña y se aprende mejor. Porque la empatía, la sensibilidad y el respeto para nada están reñidos con un buen rendimiento escolar, sino que facilitan todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Porque nuestras palabras y nuestro lenguaje corporal pueden abrirnos o cerrarnos muchas puertas. Porque no hay mayor satisfacción que la de un trabajo bien hecho cuando éste está hecho con pasión. Porque todos y cada uno de nosotros podemos contribuir poniendo nuestro granito de arena para seguir contagiando de esta manera a nuestro alrededor. Porque éste sólo es el principio de la "Pandemia Educativa" que está aún por llegar.


martes, 12 de mayo de 2015

¿Competencias o Competición?

Hoy he visto reflejado el miedo en la cara de chicos y chicas de sexto curso de primaria. He visto sus caras descompuestas y sus miradas de angustia. He sentido su ansiedad y el peso de un sistema injusto sobre sus hombros. Todo por hacernos competir a unos contra otros en un supuesto modelo de "excelencia educativa".

¿Para esto se supone que educamos? ¿Pero no hablábamos de competencias? ¿Desde cuando las competencias han pasado a ser una competición?

Que no nos engañen los términos. Las competencias y destrezas indispensables son aquellas que nos ayudan a gestionar nuestra vida diaria y a contribuir como parte de una sociedad diversa y plural en la que todos tenemos algo que aportar. Y todo eso va más allá de lo que pueda quedar reflejado en un determinado papel.

Porque la Educación es movimiento, es un proceso constante, un continuo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, y tomar una foto de un determinado momento de ese proceso no ayudará a valorar toda su proyección y ejecución. Porque una foto puede no captar todos los detalles o puede salir borrosa, y seguramente no sea culpa de lo fotografiado, sino del encuadre o del enfoque que se realice, aunque se quiera poner el énfasis en lo contrario.

Así estamos entonces en nuestras aulas, centrando nuestro trabajo en la preparación de este momento, dejando de ser maestros para convertirnos en meros preparadores donde importa más el aprobar que el aprender, y donde determinadas materias pierden su peso a favor de las consideradas "importantes", cuando en realidad el saber es un todo conjunto y global y no la suma de compartimentos estancos de mayor o menor peso.

¿Y a esto llaman "calidad educativa"? Me temo que en este sentido aún nos queda un largo camino por recorrer...