lunes, 20 de junio de 2016

"Somos Infinitos"

Llega el final del curso escolar, y en mi caso, el final de otra etapa en mi carrera docente y el principio de una nueva que vuelve a venir marcada por una borrosa nube de incertidumbre. Por suerte este año he podido disfrutar de mi primer curso completo con vacante en un mismo centro escolar, y la verdad es que ello te ofrece una perspectiva única que va desde el inicio hasta el final, con todas las vivencias y aprendizajes que ese período conlleva.

Los comienzos nunca son fáciles, ya que suponen un nuevo período de adaptación marcado por la nostalgia de los centros escolares que tienes que ir dejando forzosamente atrás en tu camino. Sin embargo, poco a poco, con esfuerzo, implicación y entrega, me fui haciendo un hueco en este nuevo centro escolar que me acogía, hasta el punto de sentirme una pieza clave del mismo, no sin antes haberme manchado en el barro y haber sentido tambalear peligrosamente la base que sustenta mi sentido de la vocación.

Supongo que a veces las victorias que mejor se saborean son aquellas que más nos ponen a prueba, y en mi caso debo decir que todo el esfuerzo invertido ha tenido una respuesta tan amplia y emocionante que siento que ya formo parte de algo grande y especial.

Toda esta reflexión viene porque, a veces, me aterra la idea del olvido, es decir, que todo lo que has vivido de forma tan intensa se pierda en el tiempo como lágrimas en la lluvia, más cuando tus condiciones laborales no te dan ninguna continuidad y tienes que estar yendo de un lado a otro a volver a empezar.

Sin embargo, en esta recta final mi perspectiva al respecto se ha vuelto mucho más optimista, y ello se debe al haber podido comprobar que, tanto alumnado como familias de mis anteriores centros, todavía se alegran e ilusionan al verme aparecer y dejan patente, con palabras y gestos, el buen recuerdo que aún conservan del tiempo que pasamos juntos y sus ganas de volverme a tener en su cole otra vez.

Eso mismo está pasando ahora mismo en mi centro educativo actual, y es que el vínculo que he llegado a crear con los alumnos y alumnas del mismo (sean o no sean de mis grupos) ha sido tan intenso que siento que esto se extiende mucho más allá de lo estrictamente escolar. Y es que, tal y como yo lo concibo, la docencia no es sólo una profesión, sino una forma de vida, es decir, somos maestros 24 horas, maestros que no sólo deben limitarse a dar una lección, sino que deben ser ejemplo y poner en cada momento compartido con su alumnado toda su pasión.


Así pues, creo que nuestra función debe extenderse mucho más allá de lo puramente curricular, ya que para que se produzca verdadero aprendizaje primero debemos empatizar, saber escucharles, estar dispuestos a dialogar, establecer entre todos que tipo de escuela queremos, saber definir las metas que queremos alcanzar, priorizar necesidades cuando éstas se presenten y estar siempre dispuestos a ayudarles en su formación, no sólo escolar, sino como ciudadanos y ciudadanas libres con mucho que aportar a la sociedad. 

En definitiva, volvemos al concepto de "Maestro Espejo" sobre el cual ya he escrito con anterioridad, y es que reconocerles y valorarles como personas me parece siempre que es el primer paso fundamental que debemos dar, para luego poder implicarles de lleno en su proceso de aprendizaje, un proceso que debe estar ligado lo máximo posible a alguna necesidad vital para que cobre mayor significatividad.

Además de ello, y como diría el gran David Bowie, siempre podemos ser héroes por un día, con pequeños gestos y detalles que les haga sentirse especial, que pueden ir desde regalarles dibujos o palabras de aliento hasta interesarte por alguna de sus actividades extraescolares (deporte, danza,...) y asistir a algún evento que les sea importante para mostrarles apoyo, o realizar juntos alguna actividad fuera del contexto puramente escolar, como puede ser salir fuera del cole a desayunar, siendo esto algo que yo elijo hacer de forma totalmente voluntaria con todo el amor docente que puedo aportar, pues me siento parte de ellos, y siempre es un honor poder verles disfrutar.


En este sentido, son ellos y ellas, con su cariño y sus detalles, quienes me salvan la vida cada día. Y es que la vida se mide por momentos, y la importancia de cada momento se mide por su intensidad, así que yo, ni corto ni perezoso, no he dejado pasar ni una sola oportunidad de involucrarme en todo tipo de experiencias educativas que me pudieran y les pudiera aportar algo más, como puede ser el establecer la costumbre de resolver un acertijo diario que les hiciera pensar, argumentar y razonar, o también el haberme implicado en todo tipo de actividades programadas en el centro como son el día del libro, el carnaval, el viaje de fin de curso o pasar una noche durmiendo dentro de la escuela antes de acabar.

Se trata de generar vivencias que vayan más allá del realizar deberes y estudiar, se trata de fomentar encuentros, de invitarles a participar, de hacerles sentir protagonistas de su escuela, y de que puedan ver y comprobar que tienen maestros y maestra a los que les importan y que cuando lo necesiten les van a escuchar y a aconsejar. 


Es por todo eso, que llego a la conclusión de que, aunque como maestros tengamos fecha de caducidad, el legado que dejamos se extiende más allá de los límites del tiempo y perdura para la eternidad. Porque lo que se graba en la cabeza tiende a borrarse, pero lo que se graba en el corazón rara vez se va a olvidar, pues se nos graba bien a fuego todo aquello que nos ha llegado a emocionar.

Así pues, como ya es costumbre en este blog, vuelvo a parafrasear al gran Nach con aquello de que "Lo que motivó el comienzo fue que las vidas que presencio no merecen el silencio". Sin embargo, este comienzo, por muchos parones y nuevos arranques que encuentre en el camino, jamás conocerá un final, pues, como bien reza el título de esta entrada, inspirado esta vez en la frase final de la película "Las Ventajas de ser un Marginado",...

"Somos Infinitos".


Gracias a todos los que me han acompañado y apoyado durante todo este proceso, compañeros y compañeras de profesión, familias y familiares, amistades y alumnado.