miércoles, 19 de agosto de 2020

Indiferencia, Ignorancia e Incertidumbre

Se van a cumplir 2 meses desde que finalizó el Estado de Alarma en España, y algo más de 5 meses desde que fue decretado ante la situación de emergencia sanitaria que estábamos viviendo en el país, tiempo suficiente, en mi humilde opinión, para que los diferentes responsables políticos - estatales y autonómicos - se hubieran parado a diseñar de manera conjunta y coordinada una serie de protocolos a seguir para garantizar una vuelta segura a las clases.

Sin embargo, a menos de 2 semanas para que llegue septiembre, seguimos sin saber cómo se va a garantizar dicha seguridad cuando nos toque volver a las aulas (si es que finalmente podemos volver).


Este hecho no hace más que evidenciar una cuestión que nunca estuvo realmente oculta, pero a la que quizás no nos habíamos parado realmente a mirar: en este país la Educación no importa o, al menos, no lo suficiente.

Sólo hay que mirar como se han buscado establecer toda clase de protocolos para que el sector turístico pudiera ponerse en marcha durante este verano, mientras que los centros sanitarios de atención primaria siguen cerrados a cal y canto sin los refuerzos necesarios y en las escuelas desconocemos por completo cómo vamos a poder gestionar la situación que se avecina. 

Con ello no quiero decir que no fuera necesario buscar fórmulas para que los distintos establecimientos pudieran abrir sus puertas, pero sí realizar una comparación a cómo se está - o no se está, mejor dicho - actuando en lo que al ámbito educativo se refiere.

Se habla de posibles escenarios, de "grupos estables" o de modalidades mixtas, lo cual no termina siendo más que falacias y palabras vacías que pueden sonar bien al oyente, pero a las que le falta contenido, un contenido que se traduce en proporcionar los recursos necesarios e imprescindibles para que la respuesta educativa que demos sea segura y de calidad, y ello pasa por garantizar la presencia de personal sanitario en las escuelas, bajar las ratios por aula, facilitar nuevos espacios, reforzar plantillas docentes y no docentes con más contrataciones, dotar de equipamiento adecuado, etc.


De lo contrario, sabemos que la probabilidad de que empiecen a producirse rebrotes en nuestros centros educativos es muy elevada y que podría conllevar al cierre de muchos colegios e institutos dados el caso y el aislamiento de su alumnado, de su plantilla y de las familias y los allegados de todos los afectados, siendo esta una cuestión que no puede recaer sobre la responsabilidad de los equipos directivos o del profesorado.

Mientras tanto, hemos visto como aumenta la ignorancia de quienes creen que todo esto no es más que una conspiración y una gran farsa, un negacionismo que crece últimamente a un ritmo bastante preocupante y que se manifiesta contra determinados aspectos que ya creíamos consolidados, siendo este un tema que requiere una profunda y pausada reflexión y también un poco de autocrítica en Educación. 


Es por ello que, ahora más que nunca, debemos seguir reclamando que se le conceda a la escuela la vital importancia que debe tener en el desarrollo y la prosperidad de una sociedad realmente científica, solidaria y democrática.

El primer paso de momento es poder volver a las clases con todas las garantizas sanitarias, pero también con todas las garantías de que esto no va a mermar ni la calidad de la atención educativa que demos a nuestro alumnado ni tampoco sus aprendizajes en los diferentes ámbitos del desarrollo, al contrario de lo que ocurre en la siguiente imagen que se viralizó durante estos días en la red:


Mientras tanto seguimos a expensas de la indiferencia de nuestra clase política, de la ignorancia de quienes creen que todo es mentira o que nuestra protesta es porque no queremos trabajar, y de la incertidumbre que se plantea ante un escenario tan preocupante como incierto.

Aún estamos a tiempo de cambiar el guión.

Poder, se puede.

La pregunta ahora es:

¿Quieren?