sábado, 10 de octubre de 2020

No hay salud sin salud mental

Hoy, día 10 de octubre, es el Día Mundial de la Salud Mental, y desde este blog me parecía importante reivindicar la relevancia de la misma en un momento histórico y social donde más que nunca se puede estar viendo afectada. 

Y es que, cuando de normal hablamos de salud, solemos pensar en los diferentes aspectos que tienen que ver con nuestro bienestar físico - al fin y al cabo, así se nos ha enseñado, ¿no? -. Sin embargo, ya sea por desconocimiento, por subestimación o por estigmatización, olvidamos o relegamos a un segundo plano todo aquello que tiene que ver con nuestro bienestar psíquico y emocional. 

Es cierto que, de manera reciente, parece que por fin se le está dando algo más de visibilidad a la importancia de cuidar nuestra salud mental, aunque el prisma por el que estamos mirando todavía es demasiado estrecho y no deja ver aún con claridad todo el espectro que existe, corriendo el riesgo de romantizar el trastorno y caer en clichés (a menudo potenciados y extendidos por la ficción) a raíz de los cuales solemos hacernos una idea equivocada de lo que de verdad supone. 

Creo que es necesario cambiar el paradigma, y no ver solo la salud como la ausencia de enfermedad, sino como un estado de bienestar deseable que debemos trabajar por alcanzar, ya sea de manera física o mental. 

En este sentido, se hace prioritario potenciar programas de prevención, de información y concienciación, los cuales nos ayuden a derribar tabús o creencias erróneas a la vez que normalizamos el poder pedir ayuda cuando percibimos que la cosa no va bien u observamos algún aspecto, tanto de nosotros mismos como de nuestro momento vital, que necesitamos mejorar. 

Porque no siempre podremos controlar la situación, porque a veces nos rompemos o nos vemos superados, porque conocerse mejor a uno mismo es tener mejores herramientas para enfrentarse a cada situación. Hay mil razones para otorgarle a la salud mental el lugar que se merece en nuestra escala de valores, y desde el ámbito de la Educación creo que tenemos un papel importante que desempeñar en dicho aspecto.  

Sin embargo, para ello también se hace necesario que los responsables de nuestro sistema sanitario le den a la salud mental el peso que requiere, invirtiendo en profesionales, recursos e infraestructuras destinadas a tal fin.

No obstante, recuerda que no estás solo, y que no eres más débil y vulnerable por solicitar ayuda. Todas las personas tenemos aspectos en los que podemos trabajar y mejorar. Tomemos conciencia de ello y recurramos a un especialista cuando lo veamos preciso.

Mientras tanto, si en algo puedo ayudarte, cuenta conmigo, pues, como bien os decía en un antiguo post, la clave siempre está en cuidarse, cuidar y dejarse cuidar, y esto se aplica a la salud física, sí, pero también a la salud mental y emocional.