martes, 13 de agosto de 2019

13-A

Son ya varios los años que dejo pasar la ocasión de escribir una entrada en un día como hoy porque suele coincidir con el descanso que me tomo en el blog durante el verano. Sin embargo, puesto que ya me tomé una necesaria pausa unos meses atrás, creo que ahora es un buen momento para escribir sobre un tema que me toca directamente.

Y es que, para quien no lo sepa, hoy se celebra el día internacional de las personas zurdas, así que, como buen zurdo que soy, me gustaría exponer mi experiencia al respecto a la hora de afrontar ciertas situaciones y aprendizajes.

Empezaremos, pues, por aquello que se hace más significativo a simple vista en cualquier aula: la forma de escribir. 


Como bien sabemos, en el mundo occidental el proceso de lectoescritura se suele realizar de izquierda a derecha, lo que conlleva que, para una persona diestra, sea fácil seguir de manera visual lo que va escribiendo. Sin embargo, para una persona zurda no es tan sencillo, puesto que vamos tapando con nuestra mano dominante aquello que vamos escribiendo (o dibujando), y provoca que a menudo tendamos a no coger el lápiz de forma correcta o a adoptar otro tipo de posturas, tal y como vemos en la imagen, para poder realizar ese seguimiento visual del que hablábamos, por no hablar ya de las características manchas de tinta con las que solemos "adornar" el canto de nuestra mano izquierda cuando escribimos. 

Por otro lado, también está el dificultoso uso de unas simples tijeras. Cierto es que, hoy día, se ha normalizado más el uso de tijeras para personas zurdas, pero en mi caso fue toda una odisea el aprender a recortar con la mano derecha, ya que con la izquierda me era imposible coger correctamente las tijeras (y lo mismo pasa con otros elementos, como por ejemplo, un abrelatas). 

Ya Ned Flanders en la famosa serie animada de Los Simpson ponía de manifiesto estas dificultades de las personas zurdas inaugurando una tienda con producto específicos para las mismas.


Este es un hecho que se extiende también al mundo de la música, ya que prácticamente la totalidad de instrumentos musicales están diseñados para las personas diestras - cuestión hasta cierto punto razonable, ya que se trata de la mayor parte de la población -, pero que dificulta desde la adquisición un instrumento (considerablemente más caros al ser para una persona zurda, lo cual me resulta injusto) hasta la participación en cualquier jam session o evento de carácter similar donde se ponga a disposición de los asistentes el acceso a los instrumentos musicales allí ubicados y preparados para el gran grueso de la población. 

Por último, pero no por ello menos importante, está la cuestión de aquellos condenados pupitres que estaban formados por una silla y una pequeña superficie para escribir al lado derecho de la misma. En alguna ocasión puntual podías encontrar uno de estos pupitres con la tabla al lado izquierdo, pero por regla general me he visto, a lo largo de mi vida tanto escolar como post-escolar, obligado a escribir torcido hacia la derecha porque no se había previsto el disponer de algún modelo de estos pupitres para personas zurdas (si bien me resultan, por regla general, de lo más incómodo para cualquier persona, escribas con la mano que escribas, y optaría por su desaparición de nuestras aulas).


Por suerte hemos superado en gran medida aquella etapa en la que el uso de la mano izquierda conllevaba una serie de connotaciones negativas o asociadas al mal, y se golpeaba en esa mano a quienes hicieran uso de la misma o se le ataba detrás de la silla para ponerles en la obligación de usar la mano derecha.

No obstante, todavía me consta que quedan algunos resquicios de que la mano izquierda no está del todo bien vista, ya sea por una cuestión cultural (lo cual no creo que deba ser excusa) o por una simple estrechez de miras.

Y es que a veces, cuando hablamos de atención a la diversidad, solemos pensar en cuestiones profundas y en grandes medidas, pero nos olvidamos de aspectos tan básicos como el facilitar a las personas zurdas determinados materiales y estrategias de acceso al aprendizaje, y tan importante es pensar a lo grande como centrarse en los pequeños detalles que a menudo pasan desapercibidos.

¡Que paséis un buen día!

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